Recuerdo que una de las recomendaciones que le di a la persona que me ayudaría a cuidar a mi bebé el primer día que me fui a trabajar a la oficina luego de dar a luz, fue utilizar un pequeño globo (inflado con helio) de Piolín ('Tweety Bird'), agitarlo suavemente frente a su carita la relajaba y milagrosamente lograba que mi bebé conciliara el sueño rápidamente. Al regreso de la oficina, hubo buenas noticias, pues el truco del globo había funcionado.
El anterior es sólo un ejemplo de las cosas que hacen feliz a un bebé, que son gratuitas y fáciles de hacer. Sólo basta con conocer a tu hijo (a), observarlo para saber las cosas que lo relajan y las que lo divierten. Poco a poco y casi por casualidad irás descubriéndolas.
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