Esta semana quiero que reflexionemos sobre un tema al que muchas veces no le damos la importancia que merece: la gratitud.
Básicamente, la idea de gratitud es un concepto que para muchas personas quizás no tenga mucha profundidad. Desde niños nos dicen que debemos decir "por favor" y "gracias". Constantemente nuestros padres nos recordaban frente a las personas que hacían algo por nosotros o nos daban algo, "¿Qué se dice?"; como niños respondíamos casi obligados: "Gracias".
El asunto es que ese nivel de agradecimiento es muy básico y sirve hasta cierto punto, quizás como un catalizador de índole social, como parte de las normas de urbanidad y buenas maneras, pero no nos permite ir más allá. A veces nos quedamos en ese nivel y simplemente tomamos el agradecimiento como algo mecánico, superficial y poco valioso, muchas veces, más bien como una obligación.
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El asunto es que ese nivel de agradecimiento es muy básico y sirve hasta cierto punto, quizás como un catalizador de índole social, como parte de las normas de urbanidad y buenas maneras, pero no nos permite ir más allá. A veces nos quedamos en ese nivel y simplemente tomamos el agradecimiento como algo mecánico, superficial y poco valioso, muchas veces, más bien como una obligación.