Hola amigas, gracias por mantenerse conectadas a esta columna que traigo a ustedes cada semana. Cada vez son más las personas que nos siguen y que manifiestan sus dudas, preguntas y revelan alguna necesidad en especial.
Esta vez quiero abordar un tema que para mí ha sido un paradigma en el transcurso de mi vida, se trata del concepto de la dignidad. Tuve la maravillosa oportunidad de conocer personalmente a la madre Teresa de Calcuta. Sin duda alguna, lo que más me impactó de ella fue percibir su extraordinario sentimiento de humanidad y su ejemplar lección universal de dignidad. Ella representó la máxima expresión de integridad en el ser humano.
Con su obra y con el testimonio de su vida, dignificaba todos sus mensajes y acciones, dejando un legado maravilloso que ha salvado y reconfortado miles de vidas y ha recuperado el maltratado concepto de la paz. Ella creó la dignidad en sí misma, edificando un hermoso concepto, basado fundamentalmente en el propósito de servir a otros.
Esta vez quiero abordar un tema que para mí ha sido un paradigma en el transcurso de mi vida, se trata del concepto de la dignidad. Tuve la maravillosa oportunidad de conocer personalmente a la madre Teresa de Calcuta. Sin duda alguna, lo que más me impactó de ella fue percibir su extraordinario sentimiento de humanidad y su ejemplar lección universal de dignidad. Ella representó la máxima expresión de integridad en el ser humano.
Con su obra y con el testimonio de su vida, dignificaba todos sus mensajes y acciones, dejando un legado maravilloso que ha salvado y reconfortado miles de vidas y ha recuperado el maltratado concepto de la paz. Ella creó la dignidad en sí misma, edificando un hermoso concepto, basado fundamentalmente en el propósito de servir a otros.
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