Apuesto a que envidias a esas mujeres que ves comer mucho y todo lo que les gusta, especialmente un apetitoso pollo frito y unas alitas, suculentos postres llenos de mantequilla, y no engordan aunque las inflen. Tú vives cuidándote y al primer resbalón (una pechuga empanizada y frita y una torta de chocolate, engordas al menos dos libras ¡instantáneamente!
Siento decirte que se lo debes a mami, papi y familia que ni conociste, o sea, el fantasma de la genética. Un nuevo estudio de Harvard reveló que la genética determina si ingerir comida frita con frecuencia engorda o no. Comer alimentos fritos más de cuatro veces en semana tiene el doble de efecto en el tamaño del cuerpo de personas con alto riesgo de obesidad, comparadas con personas de bajo riesgo. ¿Cuál es el factor de riesgo? Mientras más genes tienes de los que predisponen a la obesidad, más engordas comiendo alimentos fritos. Seguir Leyendo »»